Sabías que el Internet va más lento e incluso no se tiene conectividad en los días lluviosos. Tal vez estas afirmaciones les resulta muy familiar, ya que, es habitual escucharlo cuando las condiciones climáticas son adversas. Hay un porcentaje de usuarios que denunciar cortes del servicio en este tipo de situaciones a medida que se va acercando al invierno. Pero, ¿Existe relación entre los fenómenos atmosféricos y la conexión a Internet?
Aunque no lo creas, pero la respuesta es sí. Es muy probable que este sea el factor determinante en todos los casos que se denuncia la falta de conectividad. Sin embargo, existen tres escenarios en los que las inclemencias del tiempo afectan las conexiones y no es que se trata de un plan menor o por los precios de internet satelital que debes pagar. Pues, creen que mayor precio es mejor el servicio o viceversa.
Problemas de aislamiento en los pares de cobre del Internet
Antes de abordar otros contextos, es necesario entender cómo se articula la infraestructura que lleva Internet a nuestras casas. Cuando se trata de ADSL, el operador tiene toda una red de cables de pares de cobre tendidos por la ciudad. Sin embargo, no todos son del mismo tipo.
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De las centrales parten de unos cables gruesos, de 1200 o 2400 pares, los cuales van enterrados y llegan a una cámara de la operadora, de esas que tienen una tapa redonda. Debajo de ella existe una cueva donde hay empalmes presurizados y aislados por cámaras de aire. Luego salen derivaciones a cables pequeños, que se reparten hasta llegar a unos que se le conocen como sables laterales, los cuales son de 25 a 100 pares de cobre. Estos son los que se ven en los edificios y se distribuyen en cajas terminales, que son las negras alargadas que se ven en las fachadas.
Es aquí donde aparece el problema. Hasta los cables laterales, todos los anteriores van presurizados. Por tanto, están mejor aislados al agua y que los pinchazos en la cubierta pueden ser detectados a través de manómetros por las operadoras. Esto no puede hacerse; pero, con los cables que suben por la fachada de las casas. En estos casos la manera de detectar una incidencia suele ser la queja del usuario. Se sabe que a la electricidad no le gusta el agua y aunque no es necesario que este elemento entre en contacto con el cobre para que se pierda conectividad, solo basta con que la humedad sea alta para que se pierda señal.
Por otro lado, están las cajas terminales y si no están bien cerradas o aisladas, y si el agua accede a los empalmes, la conexión es posible que se resienta. Con solo mirar hacia arriba en las calles podemos notar que muchas de ellas están abiertas. En cambio, si están cerradas pueden tener una goma que las haga más o menos estancas.
Las cajas no están cerradas tal vez porque los servicios de voz no son exigentes con el cableado y los técnicos las han dejado así. Sin embargo, esto no pasa con la banda ancha; si el cobre entra en contacto con el agua, se notará. Nada de esto le pasa a los usuarios de fibra óptica, cuyos cables no llevan metal, sino que consisten en plástico o vidrio que transmite impulsos de luz.
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La saturación de usuarios de cable
El uso de la red tiene relación con la climatología, el cual es una variable que manejan las operadoras desde hace años. El uso de Internet móvil se ha ido normalizando y aún puede detectarse de actividad cuando llueve o hace frío en la calle. La explicación es lógica, la gente se refugia en casa y se conecta a la red.
Los picos de uso no solo afectan del mismo modo a todos los usuarios. Los más perjudicados son los usuarios de servicios de cable, ya que, su arquitectura los pone en desventaja. El ADSL tiene una arquitectura en forma de estrella, lo que significa que el cable de la central a la casa es solo para ti, mientras que el cable coaxial es distinto, porque tiene una estructura de anillo de la que salen derivaciones a cada casa.
Los incrementos repentinos de uso en un mismo anillo pueden repercutir en una ralentización interna. En este caso hay un router que agrupa y ofrece el servicio a una determinada zona. Si el router estuviese sobredimensionado que puede suceder puntualmente, pero lo normal es que abastezca a todos sin problema. Sin embargo, el cable coaxial sufre igual con el agua, pero al ser instalaciones modernas suelen estar mejor aisladas.
Los radioenlaces afectan el Internet
Los operadores emplean enlaces por ondas de radio para llevar Internet a una región en específico, puede ser una zona rural o dar cobertura a los teléfonos móviles. Las grandes ciudades están cableadas y en este caso afectaría a las personas en zonas aisladas.
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Una red basada en radioenlaces, en la que el troncal que une la central con Internet tiene algún radioenlace de por medio, es susceptible de sufrir con las lluvias porque el agua absorbe mucho. Al llover demasiado se puede tener tanta atenuación que se perderá la conexión. Por eso, deberían estar diseñados para que en una situación de lluvia normal no se venga abajo.
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